Este taller tiene como objetivo enseñar las tecnicas del arte que se utilizan para estudiar y comprender la forma,el espacio,la experimentacion y la creacion.Este estudio se lleva adelante por medio del trabajo con imagenes de obras distinguidas de dibujantes,pintores y escultores de diferentes epocas y culturas,para tratar en el proceso de estudio el desarrollo de ideas propias en base al conocimiento de la gran variedad de modos expresivos que existieron y existen en el mundo.
martes, 11 de agosto de 2009
DATOS IMPORTANTES
Este taller funciona en una casa, y el tel para comunicarse es 4672-2365 y el celular 1532270248, preferentemente hablar en los horarios de tarde y noche.
-Las clases duran 2 horas y se dan por grupos de maximo 3 personas por clase y son:
1 ves por semana 130$ por mes
2 veces por semana 200$
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-Los horarios son apartir de la tarde y los dias son a convenir (para mas informacion llamar)
Preferentemente la edades son de 15 años en adelante
El COMIENZO: EL MODULADO DE LA LINEA
Alfons Maria Mucha

['alfɔns 'marɪja 'muxa] (24 de julio de 1860 - 14 de julio de 1939) fue un pintor y artista decorativo checo, ampliamente reconocido por ser uno de los máximos exponentes del Art Nouveau.
Nació en la ciudad de Ivancice, Moravia el 24 de julio de 1860. Sus habilidades para el canto le permitieron continuar su educación secundaria en Brno, capital de Moravia; sin embargo desde niño se sintió principalmente atraído por el dibujo. Trabajó en empleos de pintura decorativa en Moravia, principalmente para puestas teatrales. En 1879 se mudó a Viena para trabajar con una compañía vienesa de diseño teatral logrando informalmente completar su educación artística. Cuando en 1881 un incendio destruyó el negocio de sus empleadores, regresó a Moravia, trabajando de manera independiente, haciendo pinturas decorativas y retratos. El Conde Kart Khuen de Mikulov lo contrató para decorar con murales el Castillo de Hrusovany Emmahof, y quedó tan gratamente impresionado que acordó apadrinar el aprendizaje formal de Mucha en la Academia de Bellas Artes de Múnich.
Mucha se mudó a París en 1887 y continuó sus estudios en la Académie Julian y en la Académie Colarossi, produciendo al mismo tiempo ilustraciones para revistas y publicidad. Su salto a la fama lo logró con su primer cartel litográfico para la actriz Sarah Bernhardt y su Théâtre de la Renaissance, el cartel anunciaba la obra Gismonda de Victorien Sardou, apareció en los primeros días de enero de 1895 en los muros de París, y causó una auténtica sensación. Sarah Bernhardt ofreció inmediatamente a Mucha un contrato de exclusividad por seis años. Los carteles realizados para ella contribuyeron a difundir la fama de la actriz más allá de las fronteras de Francia. Hasta 1901, Mucha no solo fue responsable de los carteles publicitarios, sino también de las escenografías y los vestuarios del Théâtre de la Renaissance. Fue esta obra, con su estilo exuberante y estilizado, lo que le dio tanto fama como numerosas comisiones.
Otros carteles famosos para el Théâtre de la Renaissance son:
- La Dame aux camélias (1896)
- Lorenzaccio (1899)
- La Samaritaine (1897)
- Médée (1898)
- Hamlet (1899)
- Tosca (1899)
Cuando Mucha visitó Estados Unidos fue reclutado por la excéntrica actriz Leslie Carter, quien trató de superar el lujo y la ostentación de las obras de teatro de Sarah Bernhardt, lo que finalmente la llevó a la ruina. El formato y la configuración de los carteles eran parecidos a los hechos para el Théâtre de la Renaissance antes de 1900, con una influencia de las alhajas creadas para Georges Fouquet.
Gustav Klimt

(14 de julio, 1862 – 6 de febrero, 1918) fue un pintor simbolista austríaco, y uno de los más conspicuos representantes del movimiento modernista de la secesión vienesa. Klimt pintó lienzos y murales con un estilo personal muy ornamentado, que también manifestó a través de objetos de artesanía, como los que se encuentran reunidos en la Galería de la Secesión vienesa. Intelectualmente afín a cierto ideario romántico, Klimt encontró en el desnudo femenino una de sus más recurrentes fuentes de inspiración.[1] Sus obras están dotadas de una intensa energía sensual, reflejada con especial claridad en sus numerosos apuntes y esbozos a lápiz,[2] en cierto modo herederos de la tradición de dibujos eróticos de Rodin e Ingres. Klimt se convirtió en un personaje muy notable en la alta sociedad vienesa, y estuvo relacionado de un modo u otro con los más notables círculos intelectuales del momento, en una época en la que Viena estaba dejando de ser la capital mundial del arte.
Klimt nació en Baumgarten, cerca de Viena, el segundo de siete hijos (tres chicos y cuatro chicas).[3] Ya desde la infancia, los tres hijos varones mostraron inclinaciones artísticas, que podían haber heredado tanto de su padre,[4] Ernst Klimt (1832-1892) que era grabador de oro como de su madre, Anna Klimt (Finster, de soltera), cuya ambición frustrada era dedicarse al canto. Klimt vivió en una relativa pobreza la mayor parte de su infancia, en tanto que como familia de inmigrantes, el trabajo escaseaba tanto como las oportunidades de promoción social. Fue por tanto sólo gracias a su talento que en 1876, con catorce años, recibió una beca para estudiar en la Kunstgewerbeschule, la Escuela de Artes y Oficios de Viena, donde se formaría hasta 1883 como pintor y decorador de interiores.[4] Sus maestros fueron Michael Rieser, Ludwing Minnigerode y Karl Hrachowina. Klimt admiraba y reverenciaba al entonces pintor de moda, Hans Makart, y se sometió gustoso a los dictados de una educación artística clasicista. Es por ello que su obra temprana puede considerarse académica.[4] En 1877 su hermano Ernst -que con el tiempo se convertiría en grabador, como su padre- también fue admitido en la escuela. Los dos hermanos, con la compañía de su amigo común Franz Matsch, comenzaron a trabajar juntos: Hacia 1880 ya gestionaban modestos encargos como un colectivo que se hacía llamar la "Compañía de artistas", colaborando como asistentes de su profesor en la decoración del Kunsthistorisches Museum de Viena.[4] Klimt comenzó su carrera individual como pintor de interiores en grandes edificios públicos de la Ringstraße, desarrollando ya algunos temas alegóricos que posteriormente se convertirían en un rasgo distintivo de su obra.
En 1888, Klimt recibió la Orden de Oro al Mérito de manos del Emperador Francisco José I de Austria por su trabajo en los murales del Burgtheater de Viena.[4] Fue nombrado miembro honorario de las universidades de Múnich y Viena, y para cuando en 1892 su padre y su hermano Ernst murieron, Klimt estaba en condiciones de soportar la carga económica de sus parientes. La tragedia familiar pesó también en su expresión artística, y marcó el inicio de la definición de su estilo personal. A principios de la década de 1890, Klimt conoció también a Emilie Flöge, quien aparentemente soportó las constantes aventuras amorosas del artista y se convertiría en su compañera hasta el final de su vida. El componente sexual de esta relación ha sido objeto de cierta discusión, aunque está documentado que Klimt tuvo al menos catorce niños durante esta relación.[5]
La caligrafía árabe

(en idioma árabe, فن الخط fann al-jaṭṭ, "arte de la línea") es un arte decorativo propio de los pueblos que utilizan el alfabeto árabe y sus variantes. Se suele considerar como la principal de las artes islámicas.
El desarrollo del arte caligráfico árabe, como el de la propia escritura, está íntimamente ligado a la expansión del Islam a partir del siglo VII. Hasta ese momento, la cultura árabe se transmitía sobre todo oralmente, y aunque los árabes tenían un alfabeto propio, no usaban la escritura más que para anotaciones de carácter mnemotécnico, contabilidad comercial, epitafios y otros usos de poca importancia. En el alfabeto árabe de la época no existían los puntos que hoy distinguen unas letras de otras: así, por ejemplo, las letras ب, ت, ث (th, t, b) se escribían igual, pues sólo se escribía el trazo básico común a todas ellas. El lector debía hacer un esfuerzo suplementario de interpretación según el contexto, lo que generalmente no suponía un problema dado que a menudo el lector era el escritor mismo o alguien que en cualquier caso ya tenía una idea de lo que estaba escrito.
La formación del Estado islámico, primero en Arabia y luego en territorios de lengua no árabe, plantea dos cuestiones. La primera, la necesidad de fijar el texto del Corán para facilitar su transmisión entre personas no arabófonas, garantizando al mismo tiempo la inalterabilidad del texto. Es entonces cuando se perfecciona el alfabeto de modo que cada signo represente un único sonido: se inventa el punto, a partir del cual se crean letras diferentes al añadirlo a lo que hasta entonces eran trazos comunes para representar diferentes fonemas. Más adelante se inventará una notación vocálica que se añade a la escritura como signos diacríticos. La escritura árabe queda definitivamente fijada en torno al año 786 con las aportaciones de Jalil ibn Ahmad al-Farahidi. La segunda cuestión planteada es que a medida que el Estado islámico crece, la administración se hace más compleja y requiere un volumen de papeleo desconocido en la organización tribal árabe anterior al islam. Ello impulsa el perfeccionamiento de la escritura, que se hace más rápida y nítida, así como la proliferación de diferentes estilos.
La caligrafía empieza a desarrollarse más allá de su uso funcional con el calígrafo Abu Ali Muhammad Ibn Muqla (m. en 940), que fue visir de tres califas abbasíes. Ibn Muqla y su hermano establecieron las primeras reglas de proporción en el trazado de las letras. Tomaron como medida principal el punto, esto es, el rombo trazado con el cálamo, para medir la longitud de las línea y el círculo con diámetro igual al de la letra alif (ا) para calcular las proporciones de las letras. Los estilos derivados de la cursiva original se rigen por estas unidades de medida.
El instrumento habitual para la escritura es el cálamo (en árabe, qalam), utilizado aún hoy en día para la caligrafía artística. El cálamo es una caña en cuyo extremo se hace un corte transversal: dicho corte determina la alternancia entre trazos gruesos y finos característica de la mayoría de los estilos caligráficos. En el Magreb y Al-Andalus se utilizaba sin embargo con más frecuencia un cálamo terminado en punta, como las tradicionales plumas europeas, y por esta razón la llamada escritura andalusí o magrebí no posee alternancia en el trazo. Hay estilos caligráficos menos conocidos que usan otros instrumentos: los musulmanes de China, por ejemplo, usaban el pincel propio de los calígrafos chinos, dando a la caligrafía árabe ejecutada de este modo una apariencia muy peculiar.
La pintura de Japón

(絵画, Kaiga?) es aquella que se ha producido en el territorio de dicho país, o por artistas nacidos en el mismo. Es una de las más antiguas y refinadas artes niponas, abarcando una amplia variedad de géneros y estilos. La historia en general del arte japonés, al igual que la historia de la pintura de Japón es una síntesis extensa y una competición constante entre la estética japonesa y la adaptación de ideas importadas del extranjero. Las primeras referencias pictóricas de Japón pueden vislumbrarse en las cerámicas y murales pintados con diseños geométricos simples del período prehistórico Jōmon. En el período Nara, la dinastía china Tang influenciaría el estilo de la pintura japonesa religiosa y de la corte.
Sin embargo, el verdadero desarrollo de la pintura japonesa ocurriría en el período Heian, con el surgimiento del estilo tradicionalista nipón denominado Yamato-e, en el cual destaca la pintura sobre rollos de pergamino conocida como (emaki), y entre las obras más importantes consta la leyenda de Genji Monogatari. En la época Kamakura se prolongaría la elaboración de los emakis, pero con un enfoque hacia la pintura religiosa, en especial las representaciones de Buda Amitābha ejecutadas por la secta Shingon. Posteriormente, en la era Muromachi se enfatizaría la pintura monocromática en tinta, la cual poseía una profunda influencia de la cultura china y que fue promovida principalmente por los monjes zen a través del estilo Sumi-e. En el período Azuchi-Momoyama la pintura decorativa de palacios adquiriría una gran jerarquía, exaltando el uso de láminas de oro sobre superficies a gran escala. Esta tendencia pictórica fue patrocinada por los shōgunes y fue categorizada como el arte oficial por excelencia de esta clase social. En la era Edo floreció la escuela de pintura decorativa Rinpa que se centraba en temas tradicionales e impulsó el renacimiento del estilo Yamato-e. Sus principales exponentes fueron Ogata Kōrin, Tawaraya Sōtatsu y Honami Kōetsu.
A inicios del período Meiji la pintura japonesa sufrió un cambio profundo debido a que el gobierno japonés promulgó una campaña de occidentalización fomentando la pintura Yōga en la que se promovía un enfoque en la cultura europea. Esta tendencia perdió fuerza a medida que surgió un género artístico opuesto que buscaba recuperar las raíces culturales japonesas que se habían debilitado y que se lo denominó Nihonga. A pesar de las diferencias estilísticas de ambos movimientos pictóricos, a finales de la era Meiji los dos géneros iniciaron un proceso de síntesis.
Amedeo Clemente Modigliani

(Livorno; 12 de julio de 1884 - París; 24 de enero de 1920) fue un pintor y escultor italiano, perteneciente a la denominada Escuela de París.
Modigliani es el arquetipo del artista bohemio: una vida marcada por una mezcla de drogas, alcohol, mujeres, pobreza y enfermedad. Sólo alcanzó la fama después de muerto, pero mereció la pena lo que su extraordinario talento ha legado a la posteridad. Artísticamente, es uno de los más grandes pintores europeos de todos los tiempos y, sin duda, auténtico exponente de la verdadera inspiración como fuente creativa, evidencia que aguarda a los verdaderos pintores de enraizada vocación.
Fue el cuarto hijo de Eugenia, una francesa nativa de Marsella, y de Flaminio, nacido en Roma. El padre de Amedeo se dedicó a una profesión tradicional de los judíos europeos: el préstamo. Pero era mal negociante. Prestaba atendiendo más a las necesidades que a las garantías de sus clientes, y muy pronto debió recurrir él mismo a otros prestamistas.
Así como Flaminio Modigliani era benevolente con sus clientes, sus acreedores fueron inflexibles. Eugenia estaba embarazada de Amedeo cuando los oficiales de la justicia se presentaron en su casa. Una vieja ley italiana sirvió para dar un respiro a la familia: todos los objetos que estuvieran sobre la cama de una mujer embarazada eran intocables. Flaminio y Eugenia acumularon en su cama de matrimonio todas las joyas y objetos de algún valor que aún poseían. Esa pequeña fortuna les sirvió para instalarse en una casa más modesta y tratar de comenzar una nueva vida.
Flaminio se alejó de Livorno para probar suerte en la minería. Eugenia abrió una escuela de lenguas para señoritas, a la vez que se dedicaba a escribir cuentos y artículos literarios para algunos periódicos. Mientras tanto, criaba a sus cuatro hijos, y así es como Modigliani pasa su infancia entre la pobreza y la enfermedad.
A los 14 años, Amedeo ("Dedo", como lo llamaban en su familia) comenzó a tomar clases de pintura con Guglielmo Micheli, un discípulo de Fattori, uno de los pintores del movimiento florentino conocido como los macchiaioli, un nombre que eligieron a partir de los ataques de algunos críticos que decían que pintaban con manchas ("macchie"). Poco después de comenzar sus estudios de pintura, Amedeo sufre un ataque de fiebre tifoidea y dos años más tarde una tuberculosis. En 1898, su hermano de 26 años, Emmanuele, es condenado a seis meses de prisión por ser militante del movimiento anarquista.
En 1902, Amedeo se inscribe en la escuela libre del desnudo, Scuola libera di Nudo en Florencia y al año siguiente en el Instituto de las Artes de Venecia, ciudad en la que se mueve por los bajos fondos.
Aubrey Vincent Beardslye

(Brighton, Inglaterra, 21 de agosto de 1872- Menton, Francia, 16 de marzo de 1898) fue un artista ilustrador inglés.
Beardsley nació en Brighton. En 1883 su familia se estableció en Londres, y al año siguiente se dio a conocer al público como «niño prodigio», dando varios conciertos junto a su hermana. Estudió en la grammar school de Bristol en 1884, y en 1888 obtuvo un puesto en la oficina de un arquitecto. Después trabajó para la compañía de seguros Guardian Life and Fire. En 1891, por consejo de Sir Edward Burne-Jones y Pierre Puvis de Chavannes, se dedicó al arte profesionalmente, En 1892 acudió a clases en la Escuela de arte de Westminster, bajo el profesor Fred Brown.
En su corta vida, Beardsley se ganó la reputación de ser uno de los ilustradores ingleses más innovadores.
Produjo amplias ilustraciones para libros y revistas, como por ejemplo la edición de lujo de la obra de Sir Thomas Malory Le Morte d'Arthur, que se considera su primer encargo de importancia (1893); en esta obra se aprecian influencias de Burne-Jones.[1]
Fue editor de The Yellow Book (El libro amarillo) (1894-1895). Fue editor de arte durante las primeras cuatro ediciones y produjo muchas ilustraciones para la revista. También trabajó para revistas como The Savoy (1896, editada por Leonard Smithers) y The Studio. Ilustró Salomé (de su amigo Oscar Wilde) en 1893 para su representación francesa; fue interpretada en inglés al año siguiente. Aparece ya aquí su estampa típicamente japonesa y clásica, con un trazo muy estilizado y grandes superficies negras y blancas.[2]
En sus últimas obras el dibujo se complica, sintiéndose la influencia del rococó; así puede verse en su The Rape of the Lock de Pope (1895).[3]
También escribió Under the Hill, un cuento erótico inacabado basado vagamente en la leyenda de Tannhäuser, amén de relatos cortos y poesías. Pudo publicarlo en The Savoy.
Beardsley era un personaje público, así como un excéntrico privado. Dijo: «Sólo tengo un objetivo - lo grotesco. Si no soy grotesco no soy nada». Wilde dijo de él que tenía «una cara como un hacha de plata, y pelo verde hierba».
Beardsley estuvo activo hasta que murió de tuberculosis en Menton (Francia) con 25 años de edad. Se había convertido al catolicismo en el año 1895.
EL VOLUMEN
Diego Rodríguez de Silva y Velázquez

(Sevilla, 6 de junio de 1599 – Madrid, 6 de agosto de 1660) conocido como Diego Velázquez, fue un pintor barroco, considerado uno de los máximos exponentes de la pintura española y figura indiscutible de la pintura internacional.
Pasó sus primeros años en Sevilla donde desarrolló un estilo naturista y caravaggista. A los 24 años fue nombrado pintor del rey y 4 años después fue ascendido a pintor de cámara, el cargo más importante entre los pintores del rey. A esta labor dedicó el resto de su vida. Su trabajo consistía en pintar retratos del rey, de su familia, así como otros cuadros para decorar las mansiones reales. Su estilo evolucionó hacia una pintura de gran luminosidad con pinceladas rápidas y sueltas. En esta evolución tuvo mucho que ver el estudio de la colección real de pintura y su primer viaje a Italia donde estudió tanto la pintura antigua como la contemporánea. En su madurez, a partir de 1631, pintó grandes obras como La rendición de Breda. En su última década su estilo se volvió más esquemático y abocetado alcanzando un dominio extraordinario de la luz. Este periodo se inauguró con el retrato del papa Inocencio X, pintado en su segundo viaje a Italia y a él pertenecen sus dos últimas obras maestras: Las Meninas y Las Hilanderas.
Su catálogo consta de 120-125 obras. El reconocimiento como pintor universal se produjo tardíamente, hacia 1850, siendo hasta ese momento el pintor español más valorado Murillo. Alcanzó su máxima fama entre 1880 y 1920, coincidiendo con los pintores impresionistas franceses para los que fue un referente. Manet se sintió maravillado con su pintura y lo calificó como pintor de pintores y el más grande pintor que jamás ha existido.
Raffaello Sanzio

, también conocido como Rafael de Urbino o simplemente Rafael[1] [a] (Urbino, actual Italia, 6 de abril de 1483 – Roma, 6 de abril de 1520[1] ), fue un pintor y arquitecto italiano del Renacimiento. Es célebre por la perfección y gracia de sus pinturas y dibujos. Junto con Miguel Ángel y Leonardo da Vinci forma el trío de los grandes maestros del período.[2]
Murió el día en que hacía los treinta y siete años, y nació y murió en Viernes Santo.[b] A pesar de su muerte prematura fue inmensamente productiva, creando así, una inusual pero gran colección de pinturas. La cual en gran parte se conserva, sobre todo en los Museos Vaticanos. Estos albergan Las Estancias de Rafael, que fue el trabajo central y a la vez, el más grande de su carrera, quedando sin terminar a causa de su muerte.
Después de sus años de juventud en Roma, gran parte de su obra, a pesar de haber sido diseñada por él fue ejecutada por su taller, con una considerable pérdida de calidad. Ejerció una gran influencia en su época, aunque fuera de Roma su obra fue conocida sobre todo a través de la producción que hicieron los talleres de grabado que colaboraban con él. Después de su muerte, la influencia de su principal rival, Miguel Ángel, fue más intensa hasta los siglos XVIII y XIX, cuando las cualidades más serenas y armoniosas de Rafael fueron consideradas de nuevo como un modelo superior.
Su carrera se dividió de manera natural en tres fases y tres estilos, descritos así por Giorgio Vasari: sus primeros años en Umbría, el periodo posterior de cuatro años en Florencia (1504-1508), donde absorbió las tradiciones artísticas de la ciudad, y finalmente su último y triunfal período de doce años en Roma, trabajando para los papas y su corte.[3Nació en Urbino (Italia) hijo de un pintor de la localidad. En el año 1491, murió su madre, Magia, y el 1 de agosto de 1494 su padre (quien volvió a casarse). Con tan sólo 11 años, quedó huérfano de padre y madre, bajo la custodia legal de su tío llamado Bartolomeo, sacerdote, quien inició un litigio con la madrastra del chico. Sin embargo, continuó viviendo con su madrastra cuando no acudía a su aprendizaje con un maestro. Aun así, ya había dado muestra de su talento, según Giorgio Vasari, quien cuenta que Rafael había sido "una gran ayuda para su padre".[9] [10] Un brillante autorretrato de su adolescencia muestra su precoz talento.[11] El taller de su padre continuó y, probablemente en compañía de su madrastra, Rafael jugó un relevante papel en su gestión desde su juventud. En Urbino tuvo la oportunidad de conocer la obra de Paolo Uccelli, el precedente pintor de la corte († 1475), y de Luca Signorelli, quien hasta el año 1498 residió y trabajó en la próxima Città di Castello.[12]
Según Vasari, su padre lo colocó en el taller del maestro de Umbria Pietro Perugino como aprendiz, «a pesar de las lágrimas de su madre». La evidencia de un periodo de aprendizaje viene sólo de Vasari y de otra fuente,[13] y ha sido discutida-su madre murió cuando él tenía ocho años, lo que es demasiado pronto para empezar el aprendizaje. Una teoría alternativa es que recibió algún adiestramiento de Timoteo Viti, quien era pintor de la corte de Urbino desde 1495.[14] Pero los historiadores modernos están de acuerdo en que Rafael trabajó al menos como ayudante de Perugino desde alrededor de 1500; la influencia de Perugino en las primeras obras de Rafael es muy evidente: "probablemente ningún otro discípulo de talento había absorbido las enseñanzas de su maestro como lo hizo Rafael, aún comparándolo con Leonardo da Vinci y Rafael Sanzio", según Wölfflin.[15] Vasari escribe que, en cuanto a este período, era imposible distinguir las obras de ambos artistas, pero muchos historiadores del arte modernos afirman haber detectado las partes que Rafael pintó como ayudante en obras de Perugino o de su taller. Aparte de la similitud estilística, sus técnicas eran también muy similares, por ejemplo en la densa aplicación de la pintura, con el uso de un medio a base de barniz, en las sombras y los adornos oscuros, pero con una aplicación más ligera en las partes de carne. Un exceso de resina en el barniz ha causado a menudo grietas en áreas de las pinturas de ambos maestros.[16] El taller de Perugino era activo tanto en Perugia como en Florencia, quizá con dos sucursales permanentes.[17] Se considera que en el año de 1501 Rafael era un maestro de pleno derecho, completamente formado.
Su primera obra documentada fue el Retablo Baronci (aunque hay una controversia con La resurrección de Cristo que fue realizada entre los años 1499 y 1501) para la Iglesia de San Nicolás de Tolentino en Città di Castello, una ciudad a medio camino entre Perugia y Urbino. Evangelista da Pian di Melet, quien había trabajado para su padre, compartió el encargo. El encargo de la obra data de 1500 y fue terminada en 1501, hoy en día sólo quedan algunas porciones y un boceto preparatorio.[c] Durante los siguientes años pintó obras para otras iglesias, incluyendo la Crucifixión Mond (alrededor de 1503) y Los desposorios de la Virgen de la Pinacoteca di Brera, así como obras para Perugia, como el Retablo Oddi (La anunciación , La Adoración de los Magos y La coronación de la Virgen 1501-1503). Probablemente también visitó Florencia en esta época. Se trata de obras mayores, algunas de ellas como frescos, en las que Rafael limita la composición al estático estilo de Perugino. En estos años también pintó muchas pequeñas y exquisitas pinturas de caballete, la mayor parte probablemente para amantes de la pintura de la corte de Urbino, como Las Gracias o San Miguel, y empezó a pintar Virgen con el Niño entronizados y santos.[18] En el año de 1502 fue a Siena por invitación de otro discípulo de Perugino, Pinturicchio, "al ser amigo de Rafael y conocedor de su capacidad como artista de la más elevada calidad", porque le ayudó con las obras, y muy probablemente con los dibujos, para una serie de frescos en la Biblioteca Piccolomini de la Catedral de Siena.[19] Es bien evidente que en esta etapa temprana de su carrera ya era un artista muy solicitado.
Leonardo di Ser Piero da Vinci

(Anchiano, Italia, 15 de abril de 1452 – Castillo de Clos-Lucé, Francia, 2 de mayo de 1519) fue un arquitecto, escultor, pintor, inventor, músico, ingeniero y el hombre del Renacimiento por excelencia. Humanista de primera línea, está ampliamente considerado como uno de los más grandes pintores de todos los tiempos y quizá la persona con más variados talentos de la historia.[1
Leonardo Da Vinci nació el 15 de abril de 1452, en Anchiano, una aldea cerca de la ciudad de Vinci en el valle del Arno, dentro de los territorios de Florencia, aunque para otros nació en Vinci, de ahí su "apellido", antes de que se adoptaran las convenciones de nombres actualmente vigentes en Europa, por lo que a su nombre de pila se añadió el de su padre (Ser Piero) y la localidad de nacimiento siendo entonces "Leonardo di Ser Piero da Vinci". Sin embargo, Leonardo acostumbraba firmar sus trabajos como Leonardo o Io, Leonardo (yo Leonardo), es decir, sin emplear el nombre de su padre, lo que induce a pensar que era hijo ilegítimo. Su madre se llamaba Caterina, y el abuelo paterno, Antonio, escribió que: «Nació un nieto mío, hijo de ser Piero mi hijo el día 15 de abril en sábado [a las 22.30 horas] [...] Se llama Lionardo. Lo bautizó Piero di Bartolomeo da Vinci, en presencia de Papino di Nanni, Meo di Torino, Pier di Malvolto, Monna Lisa di Domenico di Brettone».[2] En el catastro de Vinci, en las notas del año 1457, se refleja que el llamado Antonio tenía 85 años y vivía en el pueblo de Santa Croce, marido de Lucía, de 64 años, y tenía dos hijos Francesco y Piero, de 30 años, casado con Albiera, de 29, y con ellos vivía «Lionardo hijo del dicho ser Piero no legítimo nacido de él y de Chataria actualmente casada con Achattabriga di Piero del Vacca da Vinci, de 5 años».
Poco se sabe de sus primeros años, que han sido tema de conjeturas históricas por Vasari y otros.[3] Leonardo más tarde sólo hablaría de dos incidentes de su infancia. Uno de ellos, que él consideraba como una profecía, fue que un halcón bajó del cielo y sobrevoló su cuna, con las plumas de la cola rozándole el rostro.[4] Desde niño mostró aptitudes para las artes plásticas, principalmente el dibujo, así como la geometría, la mecánica y la música. Poseía una gran capacidad de observación lo que le valió no sólo a su obra artística sino también a otros temas que estudió como la física (principalmente la mecánica), la música o el naturalismo (ahora biología), un gran realismo y una naturalidad sobresaliente.
Parece ser que en el año 1466, Leonardo y su familia marcharon a vivir a Florencia. El abuelo Antonio murió en el año 1468 y en las actas catastrales de Vinci, Leonardo, que tenía 17 años, resulta ser su heredero, junto con la abuela Lucía, el padre Piero, la madrina Francesca, y los tíos Francesco y Alessandra. Al año siguiente la familia del padre, convertido en notario de la Señoría florentina, junto a la del hermano Francesco, que estaba inscrito en el Arte della seta, se domiciliaron en una casa florentina, derribada ya en el siglo XVI, en la actual via dei Gondi.
Sus primeros bocetos eran de tal calidad que tan pronto como su padre los mostró al pintor Andrea del Verrocchio, éste tomó al joven de catorce años como aprendiz en su taller, ya frecuentado por futuros artistas de la talla de Botticelli, Ghirlandaio, Perugino y Lorenzo di Credi. Así lo dice Vasari, referido al año 1462; no obstante, el ingreso de Leonardo en el taller de Verocchio fue posterior, encontrándosele como aprendiz en ese taller en 1469 ó 1470.
En un taller del Quattrocento como el de Verrocchio, los artistas eran considerados sobre todo como artesanos y sólo un maestro como Verrocchio tenía una posición social. Los productos de un taller incluían escudos de torneo decorados, cofres de dote pintadas (cassoni), fuentes de bautizo, placas votivas, pequeños retratos, y pinturas devocionales. Los mayores encargos eran los retablos para iglesias y estatuas conmemorativas. Los contratos más importantes eran los ciclos de frescos para capillas. Como un aprendiz de catorce años, Leonardo habría sido enseñado en todas las innumerables habilidades que se empleaban en un taller tradicional.
Aunque muchos artesanos se especializaban en tareas tales como la realización de marcos, el dorado o los baños de bronce, Leonardo habría estado expuesto a un amplio conjunto de habilidades técnicas y habría tenido la oportunidad de aprender a hacer proyectos, química, metalurgia, trabajo en metales, enyesado, trabajo en cuero, mecánica y carpintería, así como las habilidades artísticas evidentes del dibujo, la pintura, la escultura y el modelado.
Michelangelo di Lodovico Buonarroti Simoni

[1] (Caprese, 6 de marzo de 1475 – Roma, 18 de febrero de 1564), conocido en español como Miguel Ángel, fue un escultor, arquitecto y pintor italiano renacentista, considerado uno de los más grandes artistas de la historia tanto por sus esculturas como por sus pinturas y obra arquitectónica.
Desarrolló su labor artística a lo largo de más de setenta años entre Florencia y Roma, que era donde vivían sus grandes mecenas, la familia Médicis de Florencia, y los diferentes papas romanos.
Fue el primer artista occidental del que se publicaron dos biografías en vida:
- Le Vite de' più eccellenti pittori, scultori, ed architettori, de Giorgio Vasari, publicada en 1550 en su primera edición, en la cual fue el único artista vivo incluido.[2]
- Vita de Michelangelo Buonarroti, escrita en 1553 por Ascanio Condivi, pintor y discípulo de Miguel Ángel, que recoge los datos facilitados por el mismo Buonarroti.[3]
Fue muy admirado por sus contemporáneos, que le llamaban el Divino.[4] Benedetto Varchi, el 12 de febrero de 1560, le envió una carta en nombre de todos los florentinos diciéndole:
Triunfó en todas las artes en las que trabajó, caracterizándose por su perfeccionismo.[6] La escultura, según había declarado, era su predilecta y la primera a la que se dedicó; a continuación, la pintura, casi como una imposición por parte de Julio II, y que se concretó en una obra excepcional que magnifica la bóveda de la Capilla Sixtina; y ya en sus últimos años, realizó proyectos arquitectónicos.
Nació en 1475, en Caprese, una villa de la Toscana cerca de Arezzo.[7] Fue el segundo de cinco hijos varones de Ludovico di Leonardo Buonarroti di Simone y de Francesca di Neri del Miniato di Siena.[8] Su madre murió en 1481, cuando Miguel Ángel contaba seis años. La familia Buonarroti Simone vivía en Florencia desde hacía más de trescientos años y habían pertenecido al partido de los güelfos; muchos de ellos habían ocupado cargos públicos. La decadencia económica empezó con el abuelo del artista, y su padre, que había fracasado en el intento de mantener la posición social de la familia, vivía de trabajos gubernamentales ocasionales,[2] como el de corregidor de Caprese en la época que nació Miguel Ángel. Regresaron a Florencia, donde vivían de unas pequeñas rentas procedentes de una cantera de mármol y una pequeña finca que tenían en Settignano,[9] pueblo donde Miguel Ángel había vivido durante la larga enfermedad y muerte de su madre; allí quedó al cuidado de la familia de un picapedrero.[8]
El padre le hizo estudiar gramática en Florencia con el maestro Francesco da Urbino. Miguel Ángel quería ser artista, y cuando comunicó a su padre que deseaba seguir el camino del arte, tuvieron muchas discusiones, ya que en aquella época era un oficio poco reconocido. Ludovico di Leonardo consideraba que aquel trabajo no era digno del prestigio de su linaje. Gracias a su firme decisión, y a pesar de su juventud, consiguió convencerlo para que le dejara seguir su gran inclinación artística, que, según Miguel Ángel, le venía ya de la nodriza que había tenido, la mujer de un picapedrero. De ella comentaba: «Juntamente con la leche de mi nodriza mamé también las escarpas y los martillos con los cuales después he esculpido mis figuras».[10]
Mantuvo buenas relaciones familiares a lo largo de toda su vida. Cuando su hermano mayor Leonardo se hizo monje dominicano en Pisa, asumió la responsabilidad en la dirección de la familia. Tuvo a su cargo el cuidado del patrimonio de los Buonarroti y lo amplió con la compra de casas y terrenos, así como también concertó el matrimonio de sus sobrinos Francesca y Leonardo con buenas familias de Florencia.[11Desde muy joven manifestó sus dotes artísticas para la escultura, disciplina en la cual empezó a sobresalir. En abril de 1488, con doce años de edad y gracias al consejo de Francesco Granacci, otro joven que se dedicaba a la pintura, entró en el taller de los famosos hermanos Ghirlandaio; su familia y los Ghirlandaio formalizaron un contrato de estudios durante tres años:[12]
Allí permaneció como aprendiz durante un año, pasado el cual, bajo la tutela de Bertoldo di Giovanni, empezó a frecuentar el jardín de San Marcos de los Médicis, donde estudió las esculturas antiguas que había allí reunidas. Sus primeras obras artísticas despertaron la admiración de Lorenzo el Magnífico, que lo acogió en su Palacio de la Via Longa, donde Miguel Ángel se habría de encontrar con Angelo Poliziano y otros humanistas del círculo de los Médicis, como Giovanni Pico della Mirandola y Marsilio Ficino.[14] Estas relaciones lo pusieron en contacto con las teorías idealistas de Platón, ideas que acabaron convirtiéndose en uno de los pilares fundamentales de su vida y que plasmó tanto en sus obras plásticas como en su producción poética.
Según Vasari, un día, saliendo del jardín de los Médicis -o, según Benvenuto Cellini, de la capilla Brancacci, donde él y otros alumnos aprendían a dibujar delante de los frescos de Masaccio-, fue cuando Pietro Torrigiano le dio un puñetazo y le rompió la nariz; como consecuencia, le quedó la nariz chata toda la vida, tal como se aprecia claramente en todos sus retratos.[15] [16Antonio Canova

(Possagno, Italia, 1 de noviembre de 1757 - Venecia, 13 de octubre de 1822) fue un escultor italiano.
Tras la muerte de su padre, cuando él tenía 3 años, su madre contrajo segundas nupcias dejándolo al cuidado de su abuelo. La familia Canova había sido rica, aunque desafortunadas especulaciones los habían arruinado. A causa de sus modestos orígenes familiares, Antonio no pudo realizar estudios artísticos y comenzó practicando otros oficios, como carpintero aprendiz de Georga Borghese, conocido como jorjina. Su abuelo se vio en la necesidad de que Antonio aprendiera un oficio siendo joven, con lo cual comenzó a trabajar en una cantera. Poco tiempo después ya comenzaba a esculpir estatuillas de expresiva gracia.
Por recomendación del senador Blaz, dueño de la mansión donde su abuelo trabajaba de jardinero, en 1768, comenzó a estudiar con el escultor Coballa en Venecia. Ahí no le faltaron temas de estudio, ya que todo embelesaba su alma de artista.
Cuando tenía 16 años falleció su maestro, aunque ya no necesitaba más enseñanzas. Su protector le confió la ejecución de dos grandes estatuas a tamaño natural. Se trataba de Orfeo y Eurídice. Fue una ardua tarea para un escultor tan joven, pero él no se desanimó y esas estatuas, por el candor y la espontaneidad de su expresión y la armonía de su línea, figuran entre sus grandes obras. En los años posteriores esculpió numerosos trabajos que expuso en el año 1779. En lugar de envanecerse, decidió esforzarse y perfeccionar aún más su producción. Decidió instalarse en Roma, en 1781 donde el Papa había inaugurado un Museo de Antigüedades.
El príncipe Rezzónico y sus dos hermanos, ambos cardenales, le encargaron un monumento funerario destinado a la Basílica de San Pedro, para el Papa Clemente XIII. Durante cuatro años se consagró a esta obra sin descanso. Observando la finura de los detalles, el maravilloso relieve de los encajes que adornan las vestimentas de la estatua de Clemente XIII, se admira en Canova, además de su arte, la "artesanía" que le obligaba a extremar la minuciosidad y la precisión hasta lograr un trabajo perfecto. En ciertas obras suyas, la piedra resucita la mirada de los que ya no existen y hasta su alma parece aflorar en la expresión humana y vívida.
En 1792, fue inaugurado el monumento y fue para Antonio, su día de triunfo. Pero su salud estaba muy resentida por el esfuerzo de su trabajo. Hizo un corto viaje a Venecia y a su regreso a Roma comenzó su trabajo en un monumento para el almirante Ángel Emo, destinado al Palacio ducal de Venecia.
El duque Caetani le encargó un grupo representando a Hércules y Lichas, para el que Canova ejecutó un monumento colosal que, a causa de la poderosa musculatura de Hércules, produce una impresión de fuerza que no era la que buscaba el artista.
Ya en la cumbre de la celebridad y la fortuna, fue llamado por Napoleón Bonaparte a París, para ejecutar el busto del Gran Corso. Poco después le fue encargado el Mausoleo de Victorio Alfieri. Luego recibió pedidos de distintos soberanos por lo que viajó a Nápoles, Roma, París y Viena. Los amplísimos talleres que tenía no daban abasto para contener sus obras. Canova fue el encargado de reproducir los bustos de otros miembros de la familia Bonaparte, como el de Paulina Borghese bajo el aspecto de Venus victoriosa (Roma, Galería Borghese).
Tras el destierro de Napoleón a la isla de Santa Elena, Canova fue enviado especialmente a París por el Papa para pedir la devolución de los monumentos quitados a Italia. De regreso a su patria esculpió otras obras notables: Las tres Gracias, el monumento de La Guerra y la Paz, y la estatua de Washington que le había sido encomendada por el Senado de Carolina (Estados Unidos).
El 21 de septiembre de 1821 regresó a Pessagno, su ciudad natal, con el propósito de reponer su quebrantada salud. Pero no pudo resignarse a la inactividad. Falleció en Venecia al año siguiente.
Gian Lorenzo Bernini

(Nápoles, 7 de diciembre de 1598 - Roma, 28 de noviembre de 1680) fue un escultor, arquitecto y pintor italiano, uno de los artistas más destacados del Barroco.
Bernini nació en Nápoles, ciudad en la que su padre Pietro, toscano, trabajaba como escultor. Al poco tiempo se trasladó a Calabria junto con su mujer, la napolitana Angelica Galante. En 1605 se instalan en Roma y Pietro obtiene la protección del cardenal Scipione Caffarelli-Borghese y la ocasión de mostrar el precoz talento de su hijo.
La Roma de inicios del siglo XVII era una ciudad de un fervor artístico excepcional, novedoso y revolucionario, que acogía artistas de toda Europa, en una continua confrontación de ideas y experiencias artísticas. En este ambiente surgen maestros como Caravaggio, Annibale Carracci o Pedro Pablo Rubens, que abrieron la senda del Barroco.
Escultura Romana

La escultura en la Antigua Roma, lo mismo que la arquitectura, es original en el espíritu de su finalidad, pero en ella pesan mucho las aportaciones formales etruscas y griegas (helenísticas), siendo de hecho buena parte de la producción escultórica romana copia de originales griegos.
Se conservan muchas esculturas romanas, hechas preferentemente en mármol y en menor medida en bronce u otros materiales (marfil, etcétera), si bien parte de ella está dañada, con partes rotas. Son frecuentes el retrato y el relieve histórico narrativo, en los que los romanos fueron grandes creadores. Hay también muchas esculturas de emperadores romanos.
Fidias

Fidias, en griego antiguo Φειδίας / Pheidias (Atenas, hacia 480 a. C. – Olimpia, h. 430 a. C.), fue el más famoso de los escultores de la Antigua Grecia, pintor y arquitecto, perteneciente al primer clasicismo griego. Fidias diseñó las estatuas de la diosa Atenea en la Acrópolis de Atenas (Atenea Partenos dentro del Partenón y Atenea Promacos) y la colosal estatua sentada de Zeus en Olimpia. Las obras atenienses fueron aparentemente encargo de Pericles en 447 a. C. Es posible que Pericles usase el dinero de la Liga de Delos para pagarle, si bien esto no es seguro.
Se conocen pocos detalles de la vida de Fidias. Se sabe que nació en Atenas poco después de la batalla de Maratón. Se tienen diversos relatos sobre su formación. Hegias de Atenas, Agéladas de Argos, y el pintor de Tasos Polignoto, han sido todos ellos considerados maestros suyos. A favor de Agéladas puede decirse que la influencia de las muchas escuelas dorias puede ciertamente encontrarse en parte de su obra. Aprendió la técnica del bronce en la escuela de Argos con Agéladas, a la vez que Mirón y Policleto. Al parecer, su actividad artística empieza en 464 a. C.
De su vida se sabe poco más aparte de sus obras. Pausanias, sin embargo, menciona a dos de sus estudiantes, que también fueron sus eromenoi. Uno es Agorácrito quien es también conocido por su escultura de Némesis en Ramnunte.[1] Otro amado, incluso más estrechamente relacionado con el escultor, es Pantarces, un joven eleo y ganador del combate de lucha juvenil en las 86.ª Olimpíadas en 436 a. C. Pausanias[2] informa de una tradición según la cual el chico fue el modelo para una de las figuras esculpidas en el trono del Zeus Olímpico. Otra tradición, narrada por Clemente de Alejandría, presenta a Fidias tallando «Kalos Pantarkes» («Pantarkes es guapo») en el dedo corazón del dios.[3Su primera gran obra fue una colosal Atenea Lemnia, para la Acrópolis de Atenas, en 460 a. C. Luego, Pericles lo escoge para que cree unas estatuas para el Partenón, pero también para que supervise el conjunto de trabajos escultóricos. Lleva a cabo personalmente la estatua criselefantina, es decir, hecha de oro y marfil, de Atenea Partenos, consagrada en 438 a. C., y hace las maquetas para los dos frontones, las 92 metopas y el friso. Supervisa con detalle la ejecución que lleva a cabo su taller antes de marcharse en 437 a. C. a Elis y Olimpia, donde realiza su estatua crisoelefantina de Zeus olímpico, una de las Siete maravillas del mundo y de la que solo queda la descripción de Pausanias y pequeñas reproducciones. Casi todas las esculturas que se conservan están en el Museo Británico de Londres.
A su regreso a Atenas en 433 a. C., se le utiliza en una maniobra para desacreditar a su protector Pericles. Se le acusa en primer lugar de haber robado parte del oro de la Atenea Partenos. Tras ser exculpado tras pesar las partes de oro, se le vuelve a acusar, esta vez de blasfemia y en esta ocasión sale mal parado, ya que se había representado a sí mismo, junto a Pericles, en mitad de la amazonomaquia, en el escudo de la diosa. Condenado a la cárcel, se exilia luego (430 a. C.) a Olimpia, donde hallará la muerte.
Sobre su muerte hay dos relatos discrepantes. Según Plutarco fue atacado por los enemigos políticos de Pericles, y murió en una prisión de Atenas, pero según Filocoro, tal como lo cita el escoliasta en Aristófanes, huyó a Elis, donde hizo la gran estatua de Zeus para los eleos, pero fue después asesinado por ellos. Por varias razones la primera de estas historias es preferible: no habría sido posible para él haber muerto en prisión inmediatamente después de la creación de la Atenea Partenos en la Acrópolis, pues hizo el Zeus de Olimpia después de su trabajo en el Partenón.
